Nací en el seno de un hogar de clase media. Mi padre reía como panadero búlgaro y dominaba a la perfección el alarido de la martineta. Mi madre cocinaba los excesos de sus callos que comíamos en interminables tertulias donde hablábamos de moscas, cartílagos y todos esos temas que hacen de la ebonistería la ars magna et ultima.
Mi infancia son recuerdos
Del show de Sanchez Padilla
Y un huerto claro
Donde golpeamos a un plomero
Mi juventud 20 años
rellenando las morcillas
Mi historia bizcochos grasos
que colesterol me dieron